sábado, 31 de agosto de 2013

Poema de Fernán González - XXI - Consecuencias de la victoria

556                                        
Cuando vió don Fernando que las espaldas tomaban,                 
Que con miedo de la muerte el campo les dejaban,
El Conde e sus gentes fuérte los aquejaban,
Espuelas en los piés, azotes en manos tomaban.

557
Fasta dentro en el Almeria a los moros malfazaron,
Muchos fueron los presos e muchos los que mataron,
Un día e dos noches siempre los alcanzaron;
Después al tercero dia a Facinas se tornaron.

558
Buscaron por los muertos que espesos ahí yacían,
Como estaban sangrientos aduro los conocían,
Los cristianos finados que los soterrarían,
Cada uno a sus lugares que se los llevarían.

559
Dice el Conde don Fernando, complido de bondades:
Oid, amigos, non me semeja que en esto bien fagades;
Desembargarvos de los muertos nada ahí non ganades;
Meteredes grandes duelos en vuestras vecindades.

560
Los muertos a los vivos ¿por qué han de embargar?
Por duelo non podremos a ninguno dellos tornar;
Aquí hay una ermita que es un buen logar,
Teníe yo por bien de ahi los soterrar.

561
Nunca podian yacer en lugar tan honrado,
Yo mismo he el mi cuerpo allí encomendado,
Mándome yo alli llevar cuando fuere finado,
E alfi quiero facer un lugar mucho honrado.

562
Lo que dijo el Conde todos esto otorgaron;
Los cristianos finados para ahi los llevaron,
Muchos honradamente alli los soterraron;
Cuando fueron soterrados, su camino tomaron.